Me voy, Bunbury dijo hace poco que tras 20años haciendo música, miró atrás para ver en que se había convertido, afirmando estar orgulloso de ello, yo hice lo mismo con mi vida, y no me gusta, mas bien no me parece suficiente, no me quiero estancar aquí, recogiendo el amor de mis padres en forma de comida caliente a cambio de un mínimo esfuerzo por terminar una carrera con fama de difícil, para conseguir un empleo sin responsabilidades que me aporte lo suficiente para llenar mi estómago y no pensar en nada mas. Está escrito lo que me sucedió hasta ahora, y en mi cabeza lo que me sucederá hasta el veintitantos de septiembre, ya pasó, no lo puedo cambiar, pero una vez que sobrevuele Tarragona, no tengo ni idea qué será de mí, me voy con una caja llena de ropa y una guitarra, espero desprenderme pronto de esas redes sociales y chats que llegan a atontar a la sociedad hasta el punto de que las cafeterías llenas de adolescentes, parecen ciber-cafés, sustituyendo los ordenadores por “teléfonos” móviles para hablar del drogadicto de turno que se gana la vida, y los picos a costa de la audiencia de Telecinco; quizás sea antiguo, pero prefiero una cerveza en una playa hablando de lo último de Extremoduro, o cantando lo primero de Sabina. De momento me da igual la política, que mas da Cascos que Iglesias, si los niños al otro lado del estrecho seguirán muriendo igual siendo ellos los realmente indignados.
El año que viene me voy a Cagliari, quizás sea el momento de ponerse a estudiar en serio para pensar como luchar ingenierilmente contra las barreras que la naturaleza puso a ciertos continentes, y afrontar los problemas por orden de importancia en vez de cercanía.
Prácticamente dejaré finiquitada esta carrera, después no lo se, pero Madrid va ganando por goleada, habrá que probar todo eso que cantan de La Latina o de Lavapies, Londres no se queda atrás y mis dos meses de experiencia en la capital de los autobuses rojos me avalan. Hablando de ingeniería Berlín nunca lo podrá excluir. Cierto que allí no tengo nada, pero si Quentin Jerome se hubiese quedado en Knoxville, en vez de emigrar a Los Ángeles, no existiría ese maravilloso baile de Pulp Fiction, ni el cuadro pertinente adornando mi habitación, pintado a mano por una artista que vendía en el mercado de Portobello. Quizás así consiga otra titulación, ganar muchísimo dinero, ese ático que sale en Matchpoint con vistas a la torre de Londres, y conseguir que al menos algunas personas, como las que adornan unas chocolatinas que tengo delante, no se mueran por el azar de la naturaleza, no creo en esos cambios de acampadas y manifestaciones, una oruga no puede contra la mariposa, así que mejor convertirse en mariposa y luego intentar hacer los cambios. Tener a una mujer sexy, que me quiera tampoco estaría del todo mal, y un traje gris con rayas finas negras, un sombrero y una Vespa a juego. Una vez que todo el mundo tenga agua y al menos un huerto y una granja para sobrevivir, me manifestaré porque mueran 20 soldados en la guerra de turno, pero aunque ellos sean españoles, o amigos del amigo, no me preocupan demasiado mientras millón y medio de niños mueran al año de sed.
Esas ofertas de entrar cobrando 1.000€ en una nave de Avilés y que pronto serán incluso 4.000€, metiendo datos a un programa de ordenador y diciéndole “sí” a un jefe gilipollas, entiendo que esté muy bien, que a mucha gente le guste, pero me deprime estancarme y mucho mas los 46años que espero trabajar, se que no lo soportaría. Al intentar apuntar lo mas alto si llegas a los 90º, el proyectil te cae encima, pero a 89º lo lanzas muy arriba, quizás apuntando tan alto a mi me caigan encima muchas hostias, pero habrá que levantarse y seguir intentándolo.
La gente que conocí en estos 20años, a la mayoría no creo que los vuelva a ver, pero tampoco creo que me vayan a echar de menos, ni yo a ellos, por lo que no veo ningún problema en irme con los teléfonos de 3amigos en un papel de esos que se usa de marcapáginas un tiempo y cada ciertos años ojeando ese libro se encuentra y llamaré, prometo que llamaré y la dirección de mis padres en la cabeza, para verles y cuidarles, ya que todo lo que tengo hoy se lo debo a ellos. Me da pena, y reconozco que algo de miedo también, y no se que va a ser de mi, pero necesito un cambio y esto es lo único que se me ocurre, porque ser un coco, si que está mal.
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